Una guía de campo, en clave de humor, para distinguir las nuevas especies de trotamundos
El perfil clásico del mochilero es el de un viajero o viajera joven, con bajo presupuesto y maleta colgada a la espalda. Aunque no siempre. El trotamundos se adapta rápido a los cambios de su entorno y ha evolucionado hacia nuevas variedades.
1.- El ‘Influencer’
Publica en Instagram sus fotos, casi siempre selfies con ropas vaporosas o poses de espaldas tirando del novio o la novia por un paisaje bonito. Especie oportunista, no duda en colgarse y promocionar cualquier ropa o complemento siempre que le salga gratis. En ocasiones, su búsqueda del engagement les plantea angustiosos dilemas existenciales: para el trekking, ¿me llevo las Vans o las Converse? Y la mochila, ¿de Osprey? ¿De Cash Ca? ¿De Comme des Garçons? ¿De Blind Chic? Jo, qué dilema, osea.
2.- El neojipi
Algunas mentes malvadas lo llaman perroflauta, aunque también toca los bongos. Domina las arts & crafts y las técnicas malabares. Sus señas de identidad son las rastas. Suele arroparlo un humo dulzón, como de hojas quemadas.
3.- El mochilero DiCaprio
Como en la antigua Unión Soviética, su territorio lo señalan las siglas CCCP (Chill Out, cibercafé, playa y chiringuito). Son jóvenes y guapos, como Leo DiCaprio y Virginie Ledoyen en La isla. Les gusta la música, la playa, los atardeceres bonitos y las fiestas con luna llena.
4.- El mochilero mochilero
Él es diferente, el Mochilero Genuino. Viajero curtido y orgulloso, huye de los lugares “turísticos” como de la peste. Llámale turista y verás con qué cara te mira. Al Homo mochilerus mochilerus le gusta estar fuera del rebaño, aunque al final acabe junto a otros ejemplares como él en destinos clónicos como Manali (India), Hikkaduwa (Sri Lanka) o Goa (India).
5.- El ‘hipster’
Despreocupado, de mente abierta, ciudadano del mundo y sus placeres, siempre atento a las últimas tendencias, en continua tensión entre lo moderno y lo retro. “Un consumidor selectivo que marca su territorio levantando la patita y dejando un olor que solo detectarán otros connoisseurs que comparten referencias vintage”, según el crítico musical Diego Manrique. Su territorio lo marcan las barberías de Williamsburg (Nueva York), Malasaña, Lavapiés o Chueca (Madrid).
6.- El mochilero vertical
Calza pies de gato o botas con crampones. Viste ropa técnica de montaña. Sus distancias se miden en ochomiles. Sus hoteles son cornisas de roca a 300 metros de altura.
7.- El camaleón
Al día siguiente de llegar adopta la vestimenta local mimetizándose con el entorno. Si hay que comer orugas, come orugas. Si hay que casarse con la hija o el hijo del jefe de la tribu, pues también. De Nueva Zelanda vino con medio cuerpo tatuado. De Camerún, con escaras faciales, como los Bamenda. En Benarés, un venerable santón de luengas barbas le leyó el futuro en las líneas de la mano. Fue emocionante, aunque no entendió nada de lo que le dijo.
8.- El mochilero friki
Capaz de viajar en verano a Llanwrtyd Wells, en Gales (Reino Unido), para participar en los campeonatos mundiales de Bog Snorkelling, una suerte de submarinismo en ciénaga.
9.- El ‘city breaker’
Algunos mochileros han evolucionado hacia el city breaker, cuyos especímenes se mueven veloces por los aeropuertos con pequeños equipajes de mano. De hábitos urbanitas, su selva preferida es la de asfalto. Su hoja de ruta la marcan los vuelos low cost.
9.- El mochilero calimocho
Turista de pedal (pedal de pedo, borrachera, no de bicicleta) y vuelo chárter, tiene su territorio en lugares como Calella (Barcelona), Lloret de Mar (Girona), Salou (Tarragona) o Magaluf (Mallorca).
10.- El pagafantas
Suele ir de viaje con su amiga del alma, esa tan guapa que solo le ve “como un amigo, casi un hermano”. Comparte con ella habitación doble (es más barato) y cuitas, pero sin derecho a roce. Viajero con una cierta vena masoquista u onanista.
11.- El místico
Lleva escritas en la frente las siglas TM (Transcendental Meditation). Su Ítaca son los ashrams de Rishikesh y los ghats de Benarés, en la India. También existe la versión Camino de Santiago.
12.- El sabático u overlander
En dos versiones: profesional liberal con tiempo y posibles para recorrer África o Sudamérica de punta a punta, o joven parado con ganas de ver mundo y enorme imaginación para dormir barato y comer por cuatro duros.
13.- El ‘foodie’
Entre cocinilla y gourmet diletante, un punto esnob. Conoce los ingredientes más extraños y las tendencias culinarias más novedosas. Capaz de viajar a Borgoña (Francia) solo para catar un Chablis Grand Cru, o de chuparse los dedos en un puesto de comida callejera de Calcuta.
14.- El mochilero ‘nerd’, alias tolosé
Sus conocimientos sobre temas como la música alternativa, los cómics o el cine de serie B rozan lo sobrenatural, aunque a diferencia del mochilero pedante no presume de ello. Si viajas con uno, ten siempre a mano un bloc de notas.
15.- El mochilero ‘single’
Dios los cría (solos) y ellos se juntan (en los viajes).
Fuente: https://elpais.com