Entre los clásicos lugares que vieron nacer los mitos como Drácula y demás espacios históricos en los que ocurrieron sucesos trágicos, son muchos los escenarios del mundo rodeados de misterio y leyendas que los convierten en destinos ideales para una escapada espeluznante en Halloween.
Por supuesto que, son muchos los Transatlánticos embrujados, islas malditas, fortalezas plagadas de fantasmas y hoteles que sirvieron de inspiración para la literatura de terror, que crearon leyendas de hace siglos con la de Bram Stoker con su Conde Drácula o de factura recientes como las obras Stephen King, así que una selección de lugares pondrá a prueba hasta a los viajeros más valientes.
Ahora bien, en esa larga lista no hay duda que la cuna del Conde Drácula sigue siendo la más visitada por el público de cualquier parte del mundo. Y es que esta región rumana sigue estando en los primeros lugares preferidos de los entusiastas que gustan de visitar estos lugares de fantasía, misterio, terror y suspenso por lo que todos esperan las festividades de Halloween para decir Hola Transylvania ¿Truco o trato?
El Castillo de Bran
El castillo de Bran es hoy un monumento nacional y uno de los lugares más visitados del país debido a su vínculo con el personaje de ficción del conde Drácula popularmente conocido. Y es que, según la creencia colectiva, aquí viviría Vlad III el Empalador, pudiendo servir de inspiración a Bram Stoker para la creación de su personaje místico y de terror que se mantiene en el tiempo.
Vlad III, el Empalador, príncipe de Valaquia del siglo XV fue un miembro de la nobleza que junto a la realeza de Moldavia y Transilvania constituyó el reino de Rumanía.Pero este castillo, para ser sincero según la historia, al parecer nunca fue habitado por Vlad III, el Empalador, dado que su verdadero castillo fue el de Poenari, que en la actualidad tiene partes en ruinas.
Sin embargo Bran se puede decir que es una fortaleza con una historia tan real con un héroe rumano y tan ficticia según el novelista Bram Stoker de la época medieval, con un halo de misterio y un personaje vampiresco. Pero lo verdaderamente cierto es que este castillo medieval localizada en Transilvania (Rumanía) nunca tuvo una gran importancia militar y tan solo fue habitado de forma permanente únicamente entre 1920 y 1930, cuando sirvió de residencia veraniega a la reina María de Rumanía.
No obstante, el castillo de Bran fue declarado patrimonio histórico rumano de una edificación que se ha vuelto una atracción turística debido a su antigüedad, el valor de su arquitectura y, como ya hemos dejado claro, por su relación con el archiconocido vampiro El Conde Drácula.